El Milan no quiere rendirse en la carrera por la Serie A. El equipo de Pioli trata de seguir el ritmo marcado por Inter y Juventus, aunque sufrió mucho en su visita al Udinese. El partido estuvo marcado, eso sí, por los cánticos racistas que recibió Mike Maignan por parte de un fondo. Un lamentable hecho que obligó a detener el encuentro por unos minutos.
Fue el momento que cambió por completo la dinámica del partido. Hasta entonces los visitantes habían dominado e incluso se habían puesto por delante con un gol de Loftus-Cheek a pase de Theo Hernández. Pero cuando, pasada la media hora, Maignan se dirigió a vestuarios harto de los insultos, nada volvió a ser igual para los rossoneri hasta la recta final.
El Milan quedó completamente noqueado, sucumbiendo ante el empuje de los locales, que empataron el partido con un zurdazo de Samardzic desde la frontal, todo un especialista en esos golpeos lejanos. El panorama empeoró todavía más en la segunda mitad, cuando Thauvin culminó una jugada individual dentro del área para poner por delante a los suyos.
La caballería al rescate
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Con el partido cuesta arriba, Pioli introdujo los ofensivos cambios de Okafor y Jovic para darle un aire nuevo a su equipo y lo logró de manera sobresaliente. Primero fue el serbio el que logró el tanto del empate, aprovechando el rechace de un remate al larguero.
Ya en la prórroga, a la salida de un córner, Giroud cabeceó un balón que le cayó, como llovido del cielo, a un Okafor que no perdonó cerca del área pequeña para sellar la remontada y el triunfo final del Milan. A pesar del sufrimiento, el conjunto rossoneri logra tres puntos clave para no descolgarse demasiado de sus dos principales rivales por el título.