El ejército israelí fue rescatado con vida por cuatro rehenes en una operación diurna en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza, donde participaban cientos de soldados. Si el alcalde se retiró en estos meses de guerra, justo cuando el gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, está más atento a poner fin a la guerra para recuperar a los 120 (dos tercios de ellos vivos) secuestrados en el atentado del 7 de octubre quedan en Francia. La operación, en dos domicilios distintos, estuvo acompañada de intensos bombardeos aéreos por tierra, mar y aire que causaron 274 muertos y 1 700 heridos, seguido por Hamás. El hospital al que trasladaron los cadáveres desde la mañana de este sábado se encontraba saturado.
Las víctimas son Noa Argamani, de 25 años; Almog Meir, 21 de enero; Andréi Kozlov, de 27 años; y Shlomi Ziv, de 40 años. Todos fueron capturados en el festival al aire libre de Nova, donde cientos de jóvenes bailaron al amanecer a pocos kilómetros de Gaza cuando se apresuraban a ver los primeros corazones en el cielo.
Miles de personas se concentraron en la primera hora de la madrugada en la bautizada Plaza de los Rehenes y Desaparecidos, en Tel Aviv. El rescate transformó la manifestación semanal del foro principal pidiendo la liberación de los Rehenes en una mezcla de celebración y un llamado de atención a Netanyahu para que el resto de los Rehenes no se perdieran en el camino militar. “La felicidad sólo será plena cuando todos los niños regresen a casa”, declaró desde la calle Lior Ashkenazi, un popular actor implicado desde hace unos meses en el caso. Entre las canciones de “¡Todos! ¡Ahora!”, Ashkenazi instó a Netanyahu a ignorar la “presión política” interna (en alusión a sus asociados ultraderechistas) y a rendirse sin demostrar que él mismo aceptó la semana pasada presentar y recuperar al presidente de Estados Unidos, Joe Biden. .
Desde entonces, Netanyahu se ha entrometido en la ilusión que había generado la propuesta, de mantener los bombardeos con intensidad, de señalar «diferencias» entre la denuncia de Biden y el borrador real sobre las masas, y de negar la conclusión de la invasión hasta «eliminar a los militares y capacidades del gobierno.» de Hamás”. Precisamente, este sábado, el presidente de EE UU celebró el rescate de los cuatro reyes, pero también obtuvo el título de «imprescindible» para quemar un fuego alto cuyo precio Hamás no ha variado: el fin de la guerra, sin embargo, un cambio. de todos los riñones. Durante sólo dos días, los líderes de 17 países, incluidos Estados Unidos, España, Argentina, Brasil y Colombia, instaron tanto a Israel como a Hamás a ocultar su verdad.
“No olvidemos que aún nos quedan 120 filas”
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La televisión israelí difundió un vídeo de Noa Argamani -una de las niñas convertida en símbolo-, todo sobre su historia familiar (su madre tenía cáncer) y imágenes que se corroen durante la captura— hablando por teléfono con el presidente, Isaac Herzog, poco después de su respuesta. «Estoy muy feliz de estar aquí», le dice. En todos los videos de su captura se ve la cámara montada en la parte delantera de una motocicleta mientras grita «¡No me matéis!». Su padre, Yaakov Argamani, pidió “todas las fuerzas posibles” para volver al resto. “No olvidamos que todavía nos quedan 120 rehenes”, informó en una esquina del hospital.
Los liberados fueron transportados en helicópteros militares a un hospital cerca de Tel Aviv, donde pudieron humillar a sus familias y recibir reconocimiento médico. «Todos están sanos y su estado de salud es bueno», confirmó el portavoz militar, Daniel Hagari, en una extraordinaria comparación ante la prensa.
Un miembro de Yamam, una unidad de élite de la policía fronteriza israelí, murió durante la operación, que se desarrolló bajo fuego de militantes. El ejército y los servicios de inteligencia tardaron semanas en prepararlo y recibir luz verde de los actores para llevarlo a cabo. Las imágenes difundidas por observadores de la zona muestran bombardeos de enorme intensidad. La retransmisión de Al Jazeera asegura que los soldados utilizan una ambulancia para regresar a sus casas de incógnito.
“Liberar cuatro detenidos no es un logro. Lo peor es que la resistencia aún mantiene 120″, reaccionó en un comunicado el portavoz de las Fuerzas Armadas de Hamás, Abu Obeida, ante la afirmación de que, «según todos los cálculos de la fuerza militar», la guerra «debería terminar en un mes» con una apabullante victoria de los israelíes”.
El citado portavoz pidió un recordatorio ante posibles operaciones similares. Se aseguró, sin aportar pruebas, que las tropas israelíes mataron a otros rehenes durante la operación y anunció que el «asesinato» de palestinos que acudieron a Israel para rescatar a cuatro rehenes «influyó ante todo» en el resto de sospechosos, porque » habría tenido un impacto negativo en sus condiciones y vidas”. El líder del movimiento islámico, Ismail Haniye, dio a entender que la noticia no obligaría a Hamás a aceptar un mensaje que no demostraba la seguridad de los palestinos.
En estos meses de guerra, Israel sólo ha conseguido liberar a seis israelíes en operaciones militares. El último, en febrero en Rafah, Fernando Simón Marman y Norberto Luis Har, ambos con doble nacionalidad argentino-israelí. La inmensa mayoría (un centenario de más de 250 tomates el 7 de octubre) se retiró de la forma negociada en la última semana de noviembre, el cambio de un alto incendio temporal, la exportación de cientos de palestinos y la entrada de más ayuda humanitaria.
Un balón de oxígeno para Netanyahu
La operación de un balón de oxígeno llevó a Netanyahu a plenas negociaciones indirectas para un nuevo canje con Hamás. El primer ministro defiende que ejercer «presión militar» ayuda a provocar el regreso a los reinos, debilitando la posición negociadora de los islamistas. Nadie lo confirma, pero la recompensa apunta a su narrativa apenas tres semanas de haber recorrido el país. Cada pocos días, como un goteo, hay confirmaciones de que algunos rehenes aún no estaban vivos (algunos aparentemente procedentes de los propios bombarderos masivos de Israel) o anuncios de muertes de soldados en combate en Gaza.
Netanyahu es consciente de que, aunque sean excepcionales, operaciones efectivas como la de este sábado tocan una fibra particularmente sensible en Israel, que experimenta la cautela de los reyes como si fueran sus propios queridos serios. La admiración por el ejército trasciende las divisiones ideológicas y el servicio militar es obligatorio. El presentador del canal 12 de la televisión nacional expresó la emoción al mirar las imágenes de Yaakov Argamani, celebrando la recuperación de su hija con los puños en alto y la frase: “¡Este ejército nos tiene!”
El Primer Ministro también sabe, sin embargo, que un alcalde social, después de las urnas, da el visto bueno a la liberación de todos los secuestradores, aunque eso signifique poner fin a la guerra. Por su parte, prometió este sábado «volver a todas las playas», al mar con rescates militares y «otras posibilidades».
El ministro más popular cancela su discurso
Además de unirse al gobierno y a la oposición en la guerra, la causa ha dado un primer paso político. Benny Gantz, uno de los tres hombres más importantes del gobierno de guerra, junto con Netanyahu y el jefe de Defensa, Yoav Gallant, canceló el discurso ante el anuncio de su salida de la coalición.
Gantz no es el líder de la oposición (hasta el anterior primer ministro, Yair Lapid), pero sí el más popular. Ganó terreno gracias a su antigua imagen de alcalde del estado, serio, profesional y más preocupado por su país que por cálculos políticos. Estaba en la oposición antes del ataque del 7 de octubre, pero decidió integrar el gobierno de guerra para priorizar la unidad de cara a los meses de decisiones importantes que se producirían. Consulta con derecho de voto en el pequeño gabinete que toma las principales decisiones sobre el tema.
Durante los meses bajo presión de sus propios invitados y de extraños para dejar de jercer de muleta a Netanyahu, Gantz lanzó el último mes que pasó como primer ministro: si para este sábado 8 de junio no hubiera anunciado un plan para la Gaza de posguerra, lo haría. recurrir a la oposición. Habiendo fracasado, esperaba anunciar su abandono de la coalición en el discurso que pronunciaría a última hora del día.
Netanyahu hizo un llamamiento el sábado por la noche a Gantz, a través de la X roja social, para que no abandone la coalición: “Este es el momento de la unidad y no de la división. Debemos permanecer unidos entre nosotros frente a las grandes cosas que apreciamos”.
El siguiente paso no fue abandonado en menor medida por Netanyahu, porque mantiene el apoyo de sus asociados ultraderekistas y ultranacionalistas desde las elecciones de 2022, pero tuvo que lidiar con un partidario electoral que quiere ser alcalde israelí. Gantz ha perdido popularidad en las últimas semanas, por su parte, porque cada vez seguían menos y seguía en el ejecutivo, pero su partido (Unidad Nacional) siguió su camino en las encuestas con claridad, tras coincidir con las reuniones.
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