Tras perder en la última jornada contra Huracán, un grupo de barras bravas interceptó el vehículo en el que se encontraba Gianluca Prestianni
El jugador, de 17 años, deslizó en una entrevista su intención de abandonar del club este verano, tras lo que no puede salir de casa por seguridad
Los violentos vuelven a manchar el fútbol, esta vez en Argentina. La víctima, el jugador de 17 años Gianluca Prestianni, de Vélez Sarsfield, que relató a los medios de comunicación del país cómo fue golpeado y posteriormente amenazado de muerte por la barra brava del equipo después de perder contra Huracán por 1-0 este fin de semana en la última jornada del campeonato.
Cuando terminó el partido, los jugadores se retiraron a la Villa Olímpica antes de desplazarse a sus domicilios. Entonces fue cuando un grupo de barras bravas les interceptó, y el joven futbolista se llevó la peor parte. “Llegamos a la Villa Olímpica, nos cruzaron los autos y nos golpearon. Cuando bajé la ventanilla me gritaron y me pegaron dos veces en la cara. Me agarraron del cuello y de la campera”, aseguró Prestianni a ‘ESPN’ con la voz entrecortada.
Minutos después, el atacante dio a entender en una entrevista en al programa ‘F90’ que buscará una salida en el presente mercado, siendo el Benfica uno de los posibles destinos que mencionó, tras lo que recibió una amenaza de muerte. Según explicó al medio ‘Doble Amarilla’, le han advertido que no salga de casa por razones de seguridad.
“Primero que nada, quiero pedirles que tengan un poquito de respeto y entiendan la situación que estamos pasando con mi familia. La verdad no es nada bueno, estamos realmente muy tristes y asustados por todo lo que estamos pasando en este momento. Quiero pedir disculpas al hincha de Vélez de verdad”, publicó el futbolista en la redes sociales.
“Vélez es un club demasiado hermoso que siempre nos brindó todo en todas las áreas y que ahora pase esto no nos gusta nada. Tengo miedo, como mis compañeros. Muchos no querían volver a sus casas (…) no sabemos qué puede pasar la próxima”, agregó.