Cuando Albert Rudé aterrizó en Crackovia, allá por el mes de enero, seguramente ni él se hubiera imaginado que a día 3 de mayo ya hubiera estado celebrando por las calles de la ciudad un título con el Wisla. Sobre todo porque el club llevaba once años sin festejar nada y, más por encima, porque el club hacía dos años que había bajado al infierno de la segunda división. Sin embargo, lo que uno tenga en la cabeza y los pronósticos que se haga valen de bien poco en esto del fútbol.
Y es que Albert Rudé es, junto a su ‘Spanish’ Wisla, el gran campeón de la Copa de Polonia después de ganar en la final al Pogon Szczecin. Un equipo de segunda ganando un torneo copero y metiéndose en Europa la próxima temporada por todo lo alto. Una hazaña tremenda para un técnico que apenas lleva algo más de cuatro meses en el cargo y que llegaba con el gran objetivo de lograr el ascenso. Aún habrá que esperar para amarrarlo, pero, de momento, ya le ha dado una alegría a una afición que ha inundado la plaza de la ciudad de Crackovia.
«Desde los cuartos de final éramos el único equipo de segunda vivos. Contra todo pronóstico, hemos ganado. Ha sido mi primera victoria en una final como primer entrenador. Había jugado dos antes ya, pero las había perdido. A la tercera tenía que ser la vencida. Estamos muy contentos de haber podido dar un título a una afición que hace dos años sufrió demasiado con el descenso. Hacía mucho que no se reunía la gente en la plaza. Esperamos que en un mes podamos dar otra alegría», asegura Rudé a SPORT.
Todo con un equipo en el que hay nueve jugadores (Marc Carbó, Ángel Rodado, Miki Villar, Jesús Alfaro, Eneko Satrústegui, Joan Román ‘Goku’, David Juncà, Angel Baena y Álvaro Ratón) y el director deportivo (Kiko Ramírez) que són españoles.
Un título peleado
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Un título histórico tenía que venir después de un camino histórico y lleno de curvas. Llegó Rudé con el equipo en cuartos y fue superando las eliminatorias con todo el sufrimiento del mundo hasta plantarse en la final, donde la afición tuvo el corazón en un puño hasta el último segundo. Perdía el partido en el añadido de la segunda mitad, pero un tanto de Satrustegui en el 99 forzaba la prórroga. Ahí, Rodado, el ex del Barça, anotó el tanto que daba el título al WIsla de Crackovia.
Después de una celebración por todo lo alto por las calles de la ciudad, ahora Albert Rudé y su equipo centran sus esfuerzos en el playoff. Con las posiciones de ascenso directo muy lejos, tocará gastar el último cartucho.
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«El objetivo que nos marcaron era subir a este equipo a Primera. Necesitamos gestionar muy bien esta resaca emocional de la Copa. Tenemos que cerrar bien esta temporada. A nivel competitivo no hemos estado al 100% en todos los partidos, y esto se ha traducido en que el ascenso directo está difícil. Ahora el gran objetivo es cerrar la temporada lo más arriba posible. El que quede más arriba juega en casa el playoff. Si lo hacemos creo que jugar en casa puede ser un factor diferencial para subir», indicó el preparador catalán. La temporada en Crackovia puede ser histórica. Más todavía.