En el fútbol, como en la vida, las cosas pasan muy rápido y pueden cambiar de la noche a la mañana. Y si no, que se lo pregunten a Joshua Kimmich…
Indudablemente, el internacional con Alemania no está en su mejor momento desde que se asentó en el primer equipo del Bayern de Múnich. A Kimmich le está costando recuperar su mejor versión tras varias lesiones que le lastraron durante el curso pasado.
Al jugador alemán le falta algo de ritmo y de precisión para volver a ser la manija del centro del campo bávaro. Joshua ha ejercido durante años como la ‘batuta’ del equipo muniqués, pero su rendimiento a lo largo del curso ha hecho que Thomas Tuchel incluso lo cambie de posición. En estos momentos, está actuando como lateral derecho, una posición a la que se puede adaptar a pesar de no ser su opción preferente.
Los malos resultados en Bundesliga incluso llevaron a momentos de alta tensión entre Kimmich y el staff de Thomas Tuchel. En el encuentro donde el Bayern cayó derrotado ante el Bochum, el jugador alemán fue sustituido y posteriormente discutió acaloradamente con Zsolt Löw, uno de los asistentes del entrenador germano.
LA REDENCIÓN DE KIMMICH
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La vida da muchas vueltas y Joshua Kimmich ha vuelto a sonreír sobre el terreno de juego y, no es para menos. El jugador fue el autor del único tanto del duelo de vuelta ante el Arsenal de los cuartos de final de la Champions League. El gol de Kimmich permitió a los bávaros pasar la eliminatoria para seguir vivo en la lucha por el único título que puedan alzar esta temporada.
Tras la finalización del encuentro, Joshua Kimmich manifestó su satisfacción por conseguir el tanto de la clasificación: “El gol se siente muy, muy bien”.
El jugador también tuvo palabras para recordar que “tuve que escuchar mucho el año pasado y recibí muy poco apoyo” para seguir agregando que “esto demuestra una vez más que el trabajo duro vale la pena”.
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Kimmich, que acaba contrato en 2025 y no ha definido su futuro de cara a la próxima temporada, ha encontrado en la Champions su oportunidad de volver a ser el jugador que fue antaño.