La deriva autoritaria del Gobierno de Georgia –que, tras las protestas y las críticas internacionales, aprobó la ley de agentes extranjeros, de inspiración rusa– tiene consecuencias adicionales para la congelación de las negociaciones de adhesión a la UE. Los ministros de Asuntos Exteriores de los 27 estados miembros de la Unión de Estudiantes paralizan la financiación de proyectos que afectan a las autoridades georgianas, programas de colaboración (como los que esperan retirarse) la itinerancia) con el país caucásico y el envío de fondos para el ejército ante los “informes negativos en el país”, según un documento confidencial elaborado por el Servicio de Acción Exterior (SEAE) de la UE, al que se volcó EL PAÍS.
La controvertida Ley de Transparencia sobre Influencia Extranjera destaca proyectos que reciben financiación externa: desde cooperativas agrícolas hasta asociaciones y organizaciones de mujeres que velan los derechos humanos. Esta norma, que entrará en vigor en agosto, ha provocado durante semanas multitud de manifestaciones, con intimidaciones, acoso y agresiones físicas contra representantes de la sociedad civil, dirigentes políticos y periódicos, según el documento europeo, que ha abierto una serie de de opciones para presidir el Gobierno de Georgia.
Georgia es país candidato a la adhesión a la UE desde febrero. En Bruselas están enormemente preocupados por la situación y la actuación del Gobierno, que algunos se han convertido en una estratagema para distanciar al país caucásico del mandato europeo y mantener los paracaídas de la influencia rusa. No se trata sólo de la ley que se denomina agentes extraños -similar a una artimaña, que también inspiró una reforma legislativa en Hungría, miembro disoluto del club-, sino que también hay otras medidas “preocupantes”, como se desprende de Bruselas, hoy en los últimos meses. Entre ellas está el anuncio de un paquete de leyes sobre “protección de los valores familiares y de los menores”, cercano a las enmiendas constitucionales para prohibir la “propaganda LGBTIQ”; la abolición por parte del Parlamento de las elecciones electorales generales; enviado al código electoral para modificar la elección con el consentimiento de la Comisión Electoral Central; o porque afectan la independencia del Banco Nacional de Georgia, dice el SEAE.
La UE observa con preocupación los precedentes de Polonia y Hungría, que mantuvieron durante años una autoridad derivada que los sometió a castigos desde Bruselas. En general, Varsovia ha rastreado esta tendencia hasta el gobierno ultraconservador de Derecho y Justicia (Pis). Con esta experiencia, la UE no está dispuesta a permitir que este candidato sea enviado a un país. De hecho, la batería de medicamentos que los jefes de la diplomacia Veintisiete discutieron el lunes 24 en una reunión en Luxemburgo.
Por un lado está la congelación de fondos que se destinan a programas que gestionan las autoridades y el envío de paquetes económicos para material no letal y entrenamiento de las fuerzas de seguridad georgianas a través del Fondo Europeo para la Paz. En este contexto, hay otras opciones disponibles con poca antelación, como suspender las reuniones de alto nivel, tanto por parte de la UE como de mis Estados miembros. “Estas medidas pueden plantearse una vez que se deroga la ley, y siempre que las preocupaciones de la UE sobre el retroceso democrático se aborden suficientemente y deben ir acompañadas de mensajes públicos claros”, dice el documento del SEAE.
Los Veintisiete analizaron, además, medidas en caso “de mayor deterioro”, por “el uso de violencia contra manifestaciones pacíficas, intimidación o irregularidades en el proceso electoral”. Entre ellos, es apropiado suspender la participación de Georgia en los diálogos a nivel político hasta que la situación mejore o incluso recomendar a los países que introduzcan un requisito temporal de visa Schengen para los titulares de pasaportes diplomáticos y de servicio georgianos.
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Si la situación actual es aún peor, la UE habla de la posibilidad de suspender el régimen de entrada sin visado a la UE durante unos meses más. Pero les advierto que se trata de una medida que, aunque puede ser una “pala poderosa” para hacer que Georgia reconsidere la ley sobre agentes extranjeros, puede tener un impacto inmediato en la población georgiana.
“La atención debería centrarse más en las prohibiciones de entrada a personas individuales y en el compromiso de los Estados miembros de no conceder exenciones de visado a los titulares de pasaportes diplomáticos o de servicio”, afirma el SEAE, que también tiene fórmulas para intensificar la cooperación y la ayuda europea a la sociedad civil y la necesidad de incrementar los mensajes públicos y las campañas contra la desinformación.
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