Karl-Heinz Schnellinger, leyenda del fútbol alemán de la década de los sesenta, ha fallecido a los 85 años en la ciudad italiana de Milán, en la que residía, informó su familia a los medios germanos.
Defensa histórico del club lombardo y de la selección de la entonces Alemania Occidental, destacó por su desempeño y polivalencia en la zaga -podía jugar de lateral zurdo, central y líbero- y en la regularidad en su rendimiento, razón por la que recibió el apelativo de “Volkswagen”.
Nacido en la localidad de Düren, en la región de Renania del Norte-Westfalia, Schnellinger se inició en el fútbol en las categorías inferiores del club de su ciudad, de donde pasó, con 19 años, al FC Colonia.
Tras asentarse como uno de los defensores más punteros de Alemania y consolidarse como uno de los baluartes de la selección, inició su periplo por Italia en 1963, cuando fichó por el Mantova.
Después de un año, pasó al Roma y de ahí, también tras una única temporada, desembarcaría en el club en el que se haría un hueco en su historia: el AC Milan.
Con los rorroneri Schnellinger jugaría más de 300 partidos a lo largo de nueve temporadas y alcanzaría la cúspide de su carrera, obteniendo por el camino una Serie A, tres Copas de Italia, una Copa de Europa, dos Recopas de Europa y una Intercontinental, teniendo un papel relevante en todas las conquistas, además de haber sido incluido en el Salón de la fama del club milanés.
También fue muy relevante su paso por la Selección de Alemania. Durante los 13 años, de 1958 a 1971, que defendió la camiseta de la Mannschaft, disputó 47 partidos oficiales y participó en cuatro Mundiales, desde Suecia 58 hasta México 70, con el subcampeonato del Mundial de Inglaterra 66 y el tercer puesto del campeonato mejicano como mayores logros.
Su momento más épico con la Nationalelf vendría en un partido que, curiosamente, acabó en derrota.
En la semifinal del Mundial de México 70 entre Alemania Occidental e Italia, el país en el que jugaba el emblemático defensa, Schnellinger puso el empate a uno frente a los transalpinos en el minuto 92, después de que los centroeuropeos, liderados por Franz Beckenbauer y Uwe Seeler, hubieran estado perdiendo durante toda la contienda.
Posteriormente, ya en la prórroga, tendría lugar uno de los momentos más icónicos de la historia del fútbol, cuando Italia, tras sucesivas alternativas en el marcador, se impondría por 4 a 3 en un tiempo extra en el que se anotaron cinco tantos. Fue el conocido como “El Partido del Siglo”.
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Schnellinger dejaría la selección poco después de aquel choque y se retiraría definitivamente del fútbol en 1975, tras jugar un último año en la Bundesliga en las filas del Tennis Borussia Berlin.