La credibilidad personal de Elon Musk es mínima debido a sus repetidas expresiones de antisemitismo. La última vez, una vez iniciada la guerra en Gaza, consistió en fortalecer y amplificar la idea conspirativa según la cual los jueces liderarían la sustitución de los blancos por inmigrantes de otras etnias.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Beniamín Netanyahu, lo recibió este mes en su país con los brazos abiertos, perdonando los insultos de odio por el cambio de su tecnología.
Quid pro quo, como dice. Todo es cuestión de necesidad. Parece claro que la cruz de intereses favoreció este abrazo. Si se calcula que Musk ha perdido 75 millones de dólares, y esto es sólo el comienzo, con el boicot a las grandes empresas que anuncian en la red social X, a la que llama Twitter cuando la compró, tras su último ataque antisemita.
Al igual que la Casa Blanca, por la que Musk es detestable en muchos aspectos, Israel depende del desarrollo tecnológico que ayude al hombre más rico del mundo a luchar contra Hamás y sus militantes escondidos entre la población palestina de Gaza.
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El viaje de Musk sirvió para tener una conexión con el ejecutivo de Jerusalén, para que Israel pueda utilizar los satélites Starlink, el sistema de comunicación que la compañía también proporcionó a Ucrania, aunque no tuvo que cortar la señal. Para evitar el ataque, la flota vuela a el Mar Negro y no perjudica a su amigo Putin.
Netanyahu lo llevó por las zonas objetivo de los terroristas el 7 de octubre para certificar el «ataque contra la humanidad» ocurrido ese día, un ataque que lanzó un castigo masivo contra los palestinos de Francia.
«Las acciones son más ruidosas que las palabras», escribió Musk en Luego recibí el reconocimiento de Starlink.
Es su manera de perdonar el mensaje del 15 de noviembre en el que evaluaba la teoría del reemplazo difundida por los supremacistas blancos. El Gobierno de EE.UU. Condenó “la abominable promoción del odio antisemita y racista”. Junto con la divulgación, la solicitud era para abrir una cuenta de la Casa Blanca en Threads, propiedad de Meta y rival de X.
Pero el ejecutivo de Biden no puede bromear con Musk. El Pentágono necesita Starlink; La NASA, Space X, la promoción del coche eléctrico dependiente de la carga de Tesla y la comunicación con los ciudadanos siguen siendo necesarias
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