Pepe mantuvo la puerta abierta de par en par en Oporto. Hace apenas un rato, el exjugador del Real Madrid estaba tocado por su destino y se esperaba que todo siguiera por más tiempo en el Estadio do Dragão. O al menos, hasta los 42 años. Pero con el legado de Villas-Boas como presidente, las cosas han cambiado. De esta forma, el pívot de 41 años ha avanzado para poder decidir su futuro, pues tendrá que buscar equipo en un mes para seguir su carrera deportiva.
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