La editora de videojuegos estadounidense Epic Games ha anunciado el despido de un 16% de su plantilla, lo que corresponde a 830 personas, en una decisión que, según su consejero delegado, Tim Sweeny, obedece a la necesidad de reducir costes y focalizar su fuerza de trabajo en el desarrollo de software.
Que la empresa detrás de Fortnite haya anunciado un recorte de personal de este calibre sorprende teniendo en cuenta el enorme éxito que este videojuego lleva cosechando desde hace unos años, pero también coincide con una oleada de despidos en las empresas de videojuegos que se ha visto especialmente acentuada este 2023.
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“Desde hace un tiempo, hemos estado gastando mucho más dinero del que ganamos, invirtiendo en la próxima evolución de Epic y haciendo crecer Fortnite como un ecosistema para creadores inspirado en el metaverso”, afirma Sweeny en un comunicado. “Durante mucho tiempo había sido optimista con que podríamos impulsar esta transición sin despidos, pero en retrospectiva veo que esto no era realista”, añade.
En su mensaje, el máximo responsable de Epic Games sostiene que, “aunque Fortnite está volviendo a crecer otra vez, este crecimiento está impulsado principalmente por el contenido creado por los propios jugadores”, y que estos ingresos suponen “un negocio de menor margen” que el que la empresa tenía cuando Fortnite despegó en popularidad en 2018 con la inclusión de su popular modo “Battle Royale”.
Hacia una nueva economía para Fortnite
La culpa no la tiene el metaverso
Sobre el declive en el número de jugadores de Fortnite se viene hablando desde hace aproximadamente dos años, especialmente después de que en mayo de 2021 el juego estableciese uno de sus picos históricos con alrededor de 290 millones de jugadores mensuales. Desde entonces, y aunque sigue siendo un título de enorme éxito, se han venido registrando bajadas sustanciales de jugadores.
Coincidiendo con el descenso de usuarios, Fortnite está virando su modelo de negocio hacia algo más parecido a lo que hacen plataformas como Roblox, que permiten a sus usuarios crear experiencias, compartirlas y ganar dinero con ellas. Es por esta razón que el comunicado de Sweeny insiste en la voluntad de Epic Games de seguir apostando por potenciar la vertiente de metaverso de Fortnite, es decir, potenciar que sean los propios usuarios quienes hagan crecer la plataforma y generen ingresos con sus creaciones.
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Pero más allá del cambio de rumbo de Fortnite, el recorte de plantilla en Epic Games tiene también mucho que ver con la voluntad de la empres de reducir costes en áreas que no están tan ligadas al desarrollo de juegos o de su popular motor gráfico Unreal Engine, que es prácticamente un estándar en la industria del videojuego.
“También estamos haciendo algunas desinversiones”, afirma Sweeney. El CEO de Epic Games se refiere específicamente a los recortes en la plataforma de distribución digital de música Bandcamp y la compañía de publicidad enfocada a niños SuperAwesome, dos de sus empresas subsidiarias que suman alrededor de 250 de los despidos. La primera se unirá a la tienda digital de Songtradr, mientras que la segunda pasará a ser una empresa independiente y no tan vinculada a Epic Games. De hecho, SuperAwesome ha estado estrechamente vinculada en las sanciones millonarias que Epic Games ha recibido por vulnerar la privacidad de los menores.
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Según el mensaje publicado en la web oficial de Epic Games, alrededor de dos tercios de los despidos se han producido en equipos fuera del área de desarrollo y la compañía. De hecho, se hace especial hincapié en el hecho de que la compañía quiere priorizar la publicación de la siguiente temporada de Fortnite y el Capítulo 5 de Fortnite, así como los proyectos con el nombre en clave de “Del Mar, Sparks y Juno”, que se especula que hacen referencia a un nuevo juego de karts ambientado en el universo de Fortnite y una colaboración con la empresa LEGO.
Tendencia negativa
Oleada de despidos en el sector del videojuego
La industria del ocio electrónico está siguiendo en los últimos meses los mismos pasos que las grandes compañías tecnológicas y sus despidos masivos de personal. Muchos podrían pensar que el sector del videojuego era inmune a este tipo de tendencias, pero nada más lejos de la realidad.
Sin ir más lejos, cada vez es más habitual la dinámica de que, tras el lanzamiento de una gran superproducción –y la sobrecarga de trabajo y horas extra que los trabajadores suelen sufrir en las etapas finales del desarrollo–, la empresa despida en masa a gran parte de la plantilla. Por esta razón es clave que las desarrolladoras sepan compaginar diversos proyectos al mismo con el objetivo de reubicar a los integrantes del equipo.
Este 2023 está siendo especialmente sangrante en lo a despidos se refiere dentro de este sector. A principios de año se conoció el despido de alrededor de 10.000 trabajadores en Microsoft, una decisión que también afectó a los trabajadores de sus estudios de videojuegos como 343 Industries, The Coalition, ZeniMax Media y Bethesda Game Studios. Asimismo, en marzo la también estadounidense Electronic Arts anunció que alrededor de 800 trabajadores perderían su puesto debido a una restructuración de la empresa.
Podríamos seguir mencionando otros casos, como los que recoge este artículo del medio Kotaku al mencionar Unity (600 trabajadores), Ubisoft (60), Riot Games (46) o CD Projekt (30), por decir solo unos pocos. Y la cosa no parece tenga vistas de acabar. Esta misma semana, Naughty Dog, el estudio responsable de The Last of Us ha anunciado que despedirá a 25 trabajadores; y la editora británica Team 17, responsable de juegos tan populares como Overcooked, el despido de otros 50 empleados.
Durante años, la industria del videojuego ha parecido vivir rodeada de una aureola de éxitos imparables, pero cada vez está notando más los mismos efectos que están viviendo las compañías tecnológicas debido a la pobre planificación y unas dinámicas de crecimiento cuestionables.
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