La noche parecía mágica para Jan Oblak, que recibió una prórroga de penalti de un Cristiano Ronaldo que gritaba de pura rabia y se guardaba toda la ansiedad, pero al final el héroe fue el portero luso. Diogo Costa. Recibieron tres penaltis que los pusieron en la bolsa final y permitieron a su país jugar los cuartos de final ante Francia. Estaba clasificado pero a riesgo de ver a esta Portugal desalmada y sin aliento con los jugadores que tiene. Algo sucede, preguntándose por el éxito de las figuras después de un tratamiento prolongado, pero el resultado es sorprendentemente hermoso.
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Portugal:
Diogo Costa; Cancelo (Semedo, m.117), Días, Pepe (Neves, m.117), Mendes; Bruno Fernandes, Palhinha, Vitinha (Jota, m.65); Bernardo Silva, Cristiano Ronaldo y Leao (Conceiçao, m.76). -
Eslovenia:
Oblak; Karnicnik, Drkusic, Bijol, Balkovec; Stojanovic (Verbic, m.86), Cerin, Elsnik (Ilicic, m.106), Mlakar (Stankovic, m.74); Sporar (Celar, m.74) y Sesko. -
Multa:
0-0. Ilicic (falta); 1-0. Cristiano Ronaldo (gol); 1-0. Balkovec (falta); 2-0. Bruno Fernández (gol); 2-0. Verbico (falta); 3-0. Bernardo Silva (gol). -
Árbitro:
Daniele Orsato (Italia). Expulsado por el técnico esloveno Kek. Amonestó el seleccionador portugués, Roberto Martínez; están los eslovenos Drkusic, Karnicnik, Stankovic, Bijol y Balkovec.
A Roberto Martínez nunca le ha gustado hacer muchas sustituciones, pero lo más extraño es llegar a la segunda parte de la prórroga con sólo dos cambios. Los números, el equipo de jugadores, pesan mucho, pero cuando el partido es tan insidioso falta un entrenador más intervencionista. Lo mismo hasta Juan Félix Se merecía una oportunidad en esa final. Tiene talento y bastantes goles. El césped estaba malo, lleno de topos, pero eso no es excusa.
Los eslovenos lograron resultados que incluyeron a merecidos campeones en la primera fase, por delante de rivales más destacados como Dinamarca, Serbia e Inglaterra, pero quedaron decepcionados. Trabajan de forma muy táctica y desafían a todos con una solidaridad encomiable, pero los chicos fracasan. Además del portero, su estrella es Benjamín SeskoPor delante del Leipzig, que estuvo muy bien en el espacio pero falló un tiro decisivo mano a mano cuando el ritmo era más lento. Siempre corren a buscarlos y por eso una y otra vez rompen el balón de forma descontrolada.
El dominio territorial de Portugal era evidente ante un rival siempre se defendía, pero ni una sola vez. Oblak digno de elogio al principio aburrido. Los chicos estuvieron atentos al ritmo y velocidad en la circulación del balón. Demasiado estático en la parte superior, cuestionarios condicionales por qué cristiano No es así, aunque el palomero podría haber alargado su racha hasta llegar a la Edad Media y seguir marcando goles.
Gestos desconfiados
Cristiano, con constantes gestos y miradas provocativas al italiano Orsato Incluido, el protagonista lo fue en todos los sentidos. El fuego estaba en la estrella de Madeira, siempre se notaba, rápida o mal. ¿Quién piensa que hay más de lo que hay en las “Quinas”, que hay una legión, que se discute la influencia doméstica en el juego, que la pregunta gana dos veces, que sólo se tiran flechas, que no se regatea y que tu propia ansiedad porque no encuentras el gol que se transmite a tus compañeros. Sus defensores, que siempre los sujetarán, podrían ofender si siguen apareciendo en casi todas las oportunidades de gol. El emperador, el mejor de Portugal, llegó con descuento, mercenario a tiro de piedra. Pelota desde el frente que rosaba el poste.
El exmadridista generó incertidumbre en el primer tiempo, pero sin ver portería. Al principio no estuve de acuerdo en controlar adecuadamente el ritmo de Leao. Luego no logré ni centímetros para llegar al centro de la ciudad de Bernardo Silva. También volvió, a las manos de Oblak y tuvo suerte en un salto cerca de la delantera que quedó a pocos centímetros de altura. Pretendió dar un golpe directo, pero se detuvo a medio camino entre el disparo y el centro. Mucho ruido y algunas nubes.
Portugal salió del descanso con algo más de presión, gracias a todos por las incorporaciones de Borrar. El nuevo Cristiano intentó paralizar el balón, pero su violento lanzamiento al centro lo dejó fuera de juego. Al final chocó con Sesko, que adelantó a Pepe en carrera, pero le atacó con la pata, cuya pierna estaba peor.
La riña empezó a disputarse entre ellos por culpa de los bengalíes en el contexto de los eslovenos. Cuando cerraron el estadio, el hombre era insostenible. Nuevamente, Bob Martínez tardó en hacer cambios e inicialmente dejó Vitinha. Cristiano le siguió. Otro cayó en el limbo, otro se escapó, ahora muy forzado, de las manos de Oblak. Más gestos, más protestas, más desesperación, más arremeten algunos contra las masas.
Ya esperando, Diogo Jota fue quien finalmente tuvo en mente una intercepción, algo diferente, y le propinó un tiro libre. Bronquio, cristiano a la carrera y al éxito Oblak. Sesko el tuvo en un mano a mano con Diogo CostaTras un sensacional error de Pepe, el mayor disputó las eliminatorias de la fase final de un gran torneo, superando a Peter Shilton, pero el portero regaló un premio milagroso. Ahora yo podría ser la fiesta. En el tiro libre, Cristiano se redimió y su portero pasó a la historia.